Ion – Platón



Ion – Platón
El texto de Platón se desarrolla alrededor de una conversación entre el filósofo Sócrates y Ion de Efeso, el mejor rapsoda de Grecia. Primero, Ion le cuenta a Sócrates que viene de los juegos de Esculapio donde ha conseguido un premio por relatar poesías de Homero. Sócrates comienza  indagar en la profesión del rapsoda, y lo define como un intérprete del pensamiento del poeta, él expresa una gran admiración por los que ejercen esta profesión, a esto, Ion responde que toda la poesía Homero es el más grande y admirable, y el que “mejor habla” entre todos los poetas. Luego, Ion le cuenta a Sócrates que está especializado en la poesía de Homero porque cuando escucha hablar de cualquier otro poeta no puede fijar la atención y “se considera como dormido”.
Sócrates trata de convencer a Ion que “la crítica es la misma en cualquier arte”, por lo tanto, Ion no está ligado a Homero por efecto del arte sino por la divinidad. Sócrates reflexiona sobre conceptos como la inspiración y el entusiasmo y afirma que los poetas son invadidos por una fuerza externa cuando componen sus odas y ritmos, en una suerte de posesión de las musas y de un dios en particular. Así, Sócrates traza una línea de diferencia entre la inspiración que viene a través de la divinidad y la que viene a través del arte, y afirma que los poetas no son menos que intérpretes de los dioses. A su vez, para Sócrates los rapsodas son intérpretes de los poetas, es decir, intérpretes de los intérpretes, por lo tanto, está poseídos por el poeta cuando practican su arte: “Homero te posee” le dice Sócrates a Ion de Efeso.
Ion se muestra terco ante los argumentos de Sócrates, y refuta muchos de sus alegatos, sin comprender bien lo que Sócrates trata de mostrarle. Sócrates traza una serie de ejemplos para hacerle entender que si Ion posee conocimiento sobre toda la obra de Homero y puede interpretarla a la perfección, es porque está ejerciendo una fuerza divina ajena al arte, así habla sobre la carpintería, la medicina, el pilotaje, la pesca, el arte adivinatorio y la cochería y Ion se muestra de acuerdo con todos sus argumentos. Sin embargo, al final, Sócrates comienza a indagar en el arte de la guerra y Ion vuelve a su antiguo argumento y dice que él bien podría ser rapsoda y al mismo tiempo general del ejército o capitán, pues ha adquirido vastos conocimientos sobre estos oficios a través de los relatos de Homero. Ion no se cree poseído por la divinidad sino que evade las explicaciones de Sócrates y llega a decir que el arte de la guerra y de la rapsodia son el mismo arte.
Al final, Sócrates regaña a Ion por tratar de “tomar toda clase de formas” para librarse de sus argumentos, y le plantea que es un farsante por pretender que le debe al arte y a la ciencia todos sus conocimientos sobre Homero. El planteamiento final de Sócrates es que si debe al arte toda su sabiduría, no es coherente con sus ideas, pero si acepta que su conocimiento  no es producto del arte sino de  no tiene motivos para reprocharlo. 

Comentario personal:
En el texto “Ion”, Sócrates le da una visión más positiva a la literatura que en “La República”; mientras en La República se establecen los límites de la literatura, en “Ion” se valora la importancia del arte como una forma de representar la realidad. No obstante, en ambos textos se define al arte como una forma de alejarse de la verdad, donde no se imita la esencia de las cosas sino una perspectiva de la esencia. Uno de los elementos que más me llamó la atención es la forma de Sócrates de lograr que Ion acepte su argumento, porque tras largas comparaciones y deducciones sobre otros artes y oficios,  Sócrates prácticamente fuerza a Ion a que acepte que es una posesión divina la que lo inspira, mas no su propio conocimiento.
En lo personal discrepo con el argumento de Sócrates, y creo que lo más importante ya sea para un actor –rapsoda- o para un poeta es el elemento creativo y el uso de la imaginación, ya sea para representar una realidad existente como una realidad inventada. En comparación con la República, me pareció que “Ion” presenta mucha más interacción entre los personajes y sobre todo valoro que Ion de Efeso se atreva a desafiar a Sócrates a diferencia de Glaucón y Adimanto, a pesar de que al final acepta el pensamiento de Sócrates.
Además de todo esto, me produjo curiosidad la figura del rapsoda en sí, porque no encaja en ninguno de los conceptos que tenemos hoy en día para el teatro o para la música. A través del tiempo se ha perdido la figura del rapsoda y las tareas en una obra teatral se han ido diversificando, sin embargo, resulta curioso que en la antigua Grecia la misma persona pueda emular diferentes voces, declamar, cantar y actuar a la vez. El rapsoda se procura la vida a través de causar el efecto de catarsis en el público, como se asevera en el texto, le dan una remuneración si el público se muestra conmovido por su relato, caso contrario, no recibe dinero ni admiración.
El énfasis que ambos textos de Platón hacen en la poesía de Homero me pareció un tanto contradictorio, pues mientras en la República se citan versos de Homero para demostrar su falta de valor moral, en Ion ejemplos del mismo texto se utilizan para probar que la poesía viene directamente de los dioses, y el poeta es un mensajero que transmite una representación de la divinidad a través de sus versos.